La historia de Miuccia Prada: ¿intuición femenina o fuerza masculina?
Prestigioso, global, extraordinario en toda su esencia y único en su tipo: eso es lo que es la historia de miuccia prada, una mujer digna de admirar no sólo por su extraordinario talento, sino también por el don de dirigir un negocio.
La historia de Miuccia Prada es tan diversa como la moda contemporánea
El hecho de que Miuccia Prada sea considerada una de las diseñadoras más famosas y respetadas no sólo en Italia, sino también en todo el mundo, no sorprende a nadie hoy en día. Sin embargo, su rica historia no se limita únicamente al mundo de la moda. Prada es politóloga de formación y una vez usó su nombre: Maria Bianchi.
Los cambió por los actuales en los años 1980. Famoso diseñador también tiene habilidades increíbles para transformarse en mimo; adquirió esta habilidad durante sus estudios y aventuras en el Teatro Piccolo.
La historia de Miuccia Prada está llena de experimentos de todo tipo.
Miuccia Prada descubre su pasión por los materiales modernos un año después de hacerse cargo de la empresa. Es entonces cuando aparecen en el mercado productos nuevos e inéditos: mochilas y bolsos sin logo creados por el diseñador, hechos de nailon sintético pocono.
Sin embargo, el verdadero éxito resulta ser la creación de mochilas con un logo triangular y una cadena de buen gusto que satisfacen los gustos elegantes. El estreno del producto tan popular tuvo lugar en 1985. Y aquí cabe señalar que el éxito no llegó así, instantáneamente.
Miuccia Prada lidera una empresa de moda con una de las marcas más reconocidas del mundo desde 1978. En la empresa familiar fundada por su abuelo, es responsable de las decisiones creativas.
La historia de Miuccia Prada demuestra que no hace falta mucho para ser una de las 30 mujeres más influyentes de Europa. Todo lo que necesitas es pasión, amplios conocimientos, sentido del diseño y suerte. A la famosa diseñadora y empresaria definitivamente no le faltan todos estos.
Hoy en día, los productos que llevan la marca Prada todavía se consideran de muy buen gusto, refinados y lujosos. No es de extrañar que dominen constantemente las listas de deseos de las mujeres modernas, seguras de sí mismas y conscientes de su atractivo, que quieren estar a la moda en el sentido más amplio de la palabra.
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