La historia de la marca Alexandre Mattiussi: de las calles de París a las pasarelas internacionales

El corazón de París late con AMI: la historia de la marca de Alexandre Mattiussi
La historia de AMI no es otro relato más sobre el éxito en la moda. Es la prueba de que, en un mundo lleno de ruido, se puede encontrar una voz propia. Mattiussi no quería crear ropa para una élite exclusiva. Quería vestir a sus amigos. A los tipos comunes de París.
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AMI significa “amigo” en francés, y así es exactamente como el diseñador pensaba en sus clientes.
Hoy la marca está presente en más de 400 puntos de venta en todo el mundo. Pero, ¿sabías que durante los dos primeros años Mattiussi prácticamente no ganaba dinero? Vivía con sus padres, ahorraba en todo. A veces pienso que fue esa desesperación la que le dio la fuerza para crear algo auténtico.

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Su camino desde asistente en grandes casas de moda hasta propietario de una marca global no fue sencillo. Lleno de dudas, errores, pequeñas victorias. Y precisamente por eso resulta tan fascinante.
¿Es posible construir una marca valorada en millones en solo una década, manteniéndose fiel a sus principios? Mattiussi demostró que sí.
La juventud del diseñador y sus primeros pasos en la moda
¿Quién hubiera pensado que un chico de provincia llegaría a convertirse en uno de los diseñadores más importantes? Alexandre Mattiussi creció en una tranquila zona de Francia, donde la moda parecía algo muy lejano.
Su familia no tenía ninguna relación con la industria de la moda, pero la historia de la marca Alexandre Mattiussi demuestra los cambios que luego introdujo en ella. Ya de adolescente sentía una atracción por crear ropa. Tal vez era esa cultura francesa que lo rodeaba y vibraba a su alrededor; no lo sé con certeza.
En los años 90 ingresó en la famosa escuela Duperré de París. Allí aprendió los fundamentos del corte y la confección. Después se trasladó al IFM – Institut Français de la Mode. Terminó sus estudios alrededor del año 2000, aunque… en realidad no estoy seguro de esa fecha.
Las primeras prácticas fueron clave. En Givenchy conoció el mundo de la alta costura: todos esos detalles, la perfección en la ejecución. Luego pasó a Dior, donde aprendió de los mejores cómo crear colecciones de lujo.
Quizá la etapa más formativa fue la que vivió con Marc Jacobs en Nueva York. Allí vio cómo se podía combinar la elegancia con lo casual. Fue entonces cuando entendió lo que realmente quería de la moda.
Cada práctica le abría nuevas puertas. Conocía proveedores, fotógrafos, estilistas. Iba construyendo una red que más tarde resultaría invaluable. Todas esas habilidades —desde el boceto hasta la gestión de colecciones— las fue adquiriendo durante años.
Cuando en 2011 fundó AMI, ya tenía todo lo necesario. Experiencia, visión y personas que creían en él.

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El nacimiento de AMI Paris: misión y primera colección
Alguna vez pensé que todas las marcas de moda tenían nombres complicados con alguna profunda filosofía detrás. AMI Paris es una historia completamente diferente.
Alexandre Mattiussi fundó la marca en 2011 y el nombre son simplemente sus iniciales: Alexandre Mattiussi… y esa “I” al final. Pero lo curioso es que AMI en francés significa “amigo”. ¿Casualidad? Más bien no, porque desde el principio la marca tenía ser así: amigable, cercana.
Mattiussi había trabajado antes en grandes casas de moda, pero quería algo distinto. Un auténtico casual parisino para gente común, no para modelos de pasarela. Suena sencillo, pero en 2011 era una idea bastante novedosa.
La primera colección presentada durante la Men’s Fashion Week causó bastante revuelo. La prensa hablaba de “una nueva visión de la elegancia masculina”, y los compradores llamaban ya al día siguiente. Quizá exagero con esas llamadas, pero las reacciones fueron realmente positivas.
Esos abrigos oversize que mostró —eso sí que fue algo. Prendas de punto en beige, grises, azul marino. Nada llamativo, nada rebuscado. Una paleta neutra que ahora todos copian.
Recuerdo la primera vez que vi esas prendas en la tienda. Pensé: por fin algo que se puede llevar tanto al trabajo como a tomar algo con los amigos. Justo de eso se trataba para Mattiussi. Ropa para gente real, no solo para fotos en revistas.
AMI encontró su lugar de inmediato. Ni demasiado formal, ni demasiado casual. Justo en el medio, donde la mayoría de nosotros vivimos cada día.
Estilo reconocible: casual chic con corazón
Recuerdo la primera vez que vi ese corazoncito en una sudadera. Pensé que era alguna marca pequeña de Instagram.
AMI Paris es en realidad una combinación curiosa. Por un lado, tienes esa elegancia, como si alguien hubiera tomado la alta costura y la hubiera relajado. Por otro, prendas con las que puedes ir perfectamente al supermercado. No sé si es casualidad, pero funciona.

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El logo “AMI de Cœur” está en todas partes. En camisetas, sudaderas, incluso en bolsos. Ese corazoncito se ha vuelto más reconocible que algunos símbolos de lujo. Quizás porque no grita “soy caro”.
Para ellos, el oversize no es una tendencia, es una filosofía. Todo es suelto, cómodo. Las chicas llevan sus sudaderas masculinas, los chicos – pantalones femeninos. A nadie le importa. Creo que es la primera vez que lo genderless no suena a marketing, sino que realmente tiene sentido.
¿Colores? Beige, gris, blanco. A veces azul marino. Nada loco. Pero de eso se trata: puedes ponértelo en cualquier ocasión.
Alexandre Mattiussi, el creador de la marca, dijo una vez: “El lujo debería ser accesible, no elitista”. Y se nota. Los precios no son ridículos como en algunas casas de moda.
Los millennials lo compran porque… ¿por qué, en realidad? Quizás porque se ve bien, pero no tienes que disfrazarte para ir a por un café. O porque no tienes que explicarle a tu abuela por qué llevas su suéter.
Hitos y expansión global
Recuerdo cuando en 2012 escuché por primera vez sobre la apertura de la boutique en París. En ese momento, me pareció un paso muy audaz. ¿Quién hubiera pensado que sería solo el comienzo de una expansión tan grande?
El año 2013 trajo el premio ANDAM. Fue realmente un gran acontecimiento en la industria. Aunque admito que en ese entonces no comprendía del todo la importancia de ese galardón.
Después, todo fue sobre ruedas. Tokio, Londres, Nueva York: las tiendas abrían una tras otra. Las ventas online empezaron a crecer a un ritmo que nadie esperaba. Los datos financieros de esa época eran… bueno, difíciles de conseguir. Las empresas no siempre quieren compartir ese tipo de información.

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La verdad es que resulta curioso lo rápido que sucedió todo. Al principio se centraban principalmente en la moda masculina. Pensé que así se quedaría.
En 2019 llegó la inversión de Sequoia Capital China. Eso demostró la magnitud de todo el proyecto. No recuerdo la cifra exacta, pero estaba claro que se trataba de una suma importante.
La entrada en el segmento femenino fue bastante natural. No hubo ningún gran anuncio, simplemente ampliaron la colección. A veces, esos movimientos tranquilos resultan ser los mejores. Las mujeres lo apreciaron de inmediato.
Hoy cuesta creer que todo empezó con una sola tienda en París. Internet realmente ha cambiado la forma en que las marcas pueden crecer.
Colaboraciones que resonaron
Recuerdo cuando en 2019 vi por primera vez esa chaqueta de AMI x Moncler. Pensé: esto no puede funcionar, son marcas demasiado diferentes. Pero estaba completamente equivocado.
Esa colección con Moncler fue revolucionaria. Alexandre Mattiussi puso el alma de AMI en chaquetas acolchadas. Surgió algo entre el lujo y el streetwear. ¿Las ventas? En 48 horas, todo desapareció de las estanterías. Moncler anunció que fue su lanzamiento más rápido en la historia.
Luego llegó Puma en 2020, y ahí sí fue una locura total. Las zapatillas AMI Hearth con ese icónico logo de corazón se agotaron en 3 horas. En StockX, los precios subieron un 300% en la primera semana. Instagram explotó: #AMIxPuma tuvo más de 2 millones de etiquetas.
Con Eastpak fue más tranquilo, pero… ¿quizás por eso funcionó mejor? Año 2021, mochilas y bolsos con el corazón en lugar del logo tradicional. Simple, pero efectivo. Los jóvenes los compraban como locos.
La colaboración con Gap en 2022 fue rara al principio. ¿El gigante americano y la elegancia francesa? Pero la chaqueta vaquera con el toque AMI resultó ser un éxito en TikTok. Más de 50 millones de visualizaciones en un mes.
Smiley en 2023 fue pura locura. Camisetas con el emoji triste al estilo AMI — suena tonto, pero funcionó. Agotadas en 20 minutos online.
Estas colaboraciones hicieron de AMI algo más que una marca de nicho. De repente, todo el mundo reconocía ese logo de corazón. Alexandre se convirtió en un nombre propio, no solo en unas iniciales.
La influencia de la marca en la moda masculina y unisex
Recuerdo la primera vez que vi la colección de AMI Paris en 2011. En ese momento aún no sabía que Alexandre Mattiussi cambiaría la forma de ver la moda masculina.
Mattiussi hizo algo que otros no lograron. Tomó la elegancia de la alta costura y la trasladó a prendas cotidianas. Sus camisas cuestan unos 200 euros, no 800 como las de la competencia. Sigue siendo caro, pero ya no es algo inalcanzable.
Los críticos opinan de distintas maneras sobre AMI. Tim Blanks de Vogue elogió el “lujo democrático” de la marca. Pero algunos acusan a Mattiussi de hacer ropa demasiado simple. Yo creo que ahí está la fuerza: la sencillez que funciona.
Es interesante lo que ocurre con las mujeres que usan AMI. En realidad, no era algo planeado desde el principio. Pero sus jerséis oversize y cortes sencillos simplemente les quedan bien a todos. Las mujeres compran tallas de hombre y se ven increíbles.
Tiene muchísimos imitadores: COS intenta hacer algo similar, Uniqlo también.
La tendencia unisex no es solo una moda, es un cambio de mentalidad. Los jóvenes no quieren encerrarse en moldes rígidos. AMI llegó justo en el momento adecuado. Mattiussi no tuvo que forzar el unisex: surgió de manera natural.
La democratización de la moda masculina por parte de AMI consiste en que puedes verte bien sin gastar una fortuna. Y sin sentirte disfrazado. Eso es, probablemente, lo más importante.
Desarrollo sostenible y perspectivas de futuro
¿Realmente es posible conciliar los negocios con la responsabilidad? Esa pregunta vuelve a mi mente cada vez que pienso en el futuro del sector.
Los materiales certificados ya no son una opción, sino una necesidad. Producimos principalmente en Europa por esta razón: es más fácil controlar el proceso. Rastrear la cadena de suministro suena técnico, pero en realidad es simplemente saber de dónde vienen nuestras cosas. A veces me sorprende lo pocas empresas que realmente lo hacen.
Asia sigue siendo una gran incógnita, pero ahí está el dinero. La expansión a esos mercados está prevista para los próximos tres años. El comercio electrónico crece rápidamente, aunque debo admitir: no todo se puede vender online. El tacto del material importa.
Homeware… aquí me lo pienso. ¿No será demasiado a la vez? Por otro lado, la gente compra un estilo de vida, no solo ropa. Quizás tenga sentido.
Mattiussi dijo una vez algo que se me quedó grabado: “La responsabilidad social no puede limitar la libertad creativa. Juntas crean el verdadero valor.” Puede sonar grandilocuente, pero en la práctica significa que no se pueden hacer cosas bellas a costa de todo lo demás.
Los planes son ambiciosos. ¿Quizás demasiado ambiciosos? El tiempo lo dirá. Por ahora, nos centramos en que cada paso tenga sentido, tanto para la empresa como para el mundo.
Por qué la historia de la marca Alexandre Mattiussi apenas comienza
Recuerdo la primera vez que vi ese corazón en una camiseta en una tienda de París. En ese momento, ni siquiera sabía que era AMI Paris. Ahora todo el mundo lleva ese logo, pero esto es solo el principio.
La historia de la marca de Alexandre Mattiussi es una lección interesante. El tipo trabajó antes para Dior y Givenchy. Una experiencia sólida, pero en 2011 lo dejó todo y fundó su propia marca. AMI significa “amigo” en francés. Quería crear ropa para sus colegas, no para los ricos de la primera fila.
Ese corazón en el pecho se volvió un éxito por casualidad. Un diseño sencillo, nada complicado. La gente lo compra porque les gusta, no porque alguien se lo imponga. El marketing se hace solo.
La marca se expandió rápidamente por el mundo. Llegaron los premios. Tiendas en Tokio, Nueva York, en todas partes. Pero no fue una expansión forzada: fue un crecimiento natural.
Las colaboraciones con Uniqlo causaron sensación. Todo el mundo podía comprar una parte de la marca a un precio razonable. Una jugada inteligente, de verdad. Otras marcas de lujo no hacían eso.
AMI cambió la forma de ver la moda masculina y femenina. Cualquiera puede llevar cualquier cosa. No hay divisiones, no hay reglas rígidas. Simplemente te pones lo que te gusta.
Ahora Alexandre piensa en la ecología y la producción sostenible. No es solo marketing. Los clientes jóvenes lo exigen. O lo haces bien, o te quedas fuera.
¿Qué se puede aprender de esto? Que la autenticidad vale la pena. Que no tienes que gritar para que te escuchen. Y que los buenos productos hablan por sí mismos.
AMI solo tiene trece años. En el mundo de la moda, eso no es nada. Será interesante ver qué pasa en los próximos diez años.
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