¿Te asusta la inflación? ¡Cómprate un Rolex!

¿Te asusta la inflación? ¡Cómprate un Rolex!
fot. Pixabay

¿Cuál es la diferencia entre invertir y consumir? Invertir suele generar beneficios en forma de aumento del patrimonio. Consumir, en cambio, significa en esencia su derroche. Sin embargo, el consumo no siempre tiene que excluirse mutuamente con la inversión. Un ejemplo pueden ser los bienes raíces, que representan una inversión sólida de capital y, al mismo tiempo, un espacio utilitario en el que simplemente vivimos. Comprar un coche nuevo es consumo, ya que pierde valor nada más salir del concesionario, pero adquirir un clásico puede satisfacer nuestras necesidades de consumo y, a la vez, ser una excelente inversión. ¿Y un reloj de lujo?

¿Qué necesidades satisface un reloj de lujo? En lugar de un Rolex u Omega, podrías comprar un Casio: medirá el tiempo con la misma precisión. ¿Se ve bien como complemento a una chaqueta? Seguramente sí, pero hay opciones más económicas que pueden resaltar nuestra presencia con igual eficacia. ¿Prestigio? Por lo general, esto se relaciona con cómo nos perciben los demás, pero pocos tienen el ojo entrenado para distinguir si es un original o una obra de un hábil artesano de Turquía. En resumen, la compra de un reloj de lujo podría considerarse un acto de consumo puro, destinado a alimentar el ego y obtener una rápida dosis de dopamina. Pues no del todo…

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Lo que cuesta más esfuerzo, tiene más valor

Algunos bienes de lujo se caracterizan por una baja oferta, es decir, una disponibilidad limitada. Es como en una subasta: gana quien ofrece el precio más alto y el vendedor puede elegir entre las propuestas. Este fenómeno se puede observar, por ejemplo, en la industria automotriz. El último modelo de Ford Mustang suele ser más barato que un Ford Mustang de los años 70, siempre que esté bien conservado. Esto se debe precisamente a la escasa oferta de ese bien. El caso es que los modelos de los años 70 ya no se fabrican, así que es lógico que las unidades bien conservadas alcancen precios elevados. Rolex sigue fabricando sus relojes. Entonces, ¿qué puede indicar que sigue siendo una buena inversión? Se trata del tiempo de producción.

Según Boston Consulting Group, el mercado global de relojes de lujo está valorado en 75 mil millones de dólares. Nada menos que el 30% de este enorme pastel corresponde al mercado secundario. Además, a medida que crece la demanda, el mercado de relojes de lujo de segunda mano también se expande. Esto ocurre no solo por la demanda, sino también por la oferta. ¡Para comprar un reloj Rolex a través de un canal de venta autorizado hay que esperar entre 6 y hasta 36 meses!

¡Eso es imposible! ¡Después de todo, en la tienda y en Internet se puede comprar un reloj así de inmediato! Por supuesto, las tiendas se abastecen tanto de relojes nuevos como usados de las marcas más prestigiosas para luego venderlos a sus clientes. Rolex no es un producto escaso. La diferencia entre comprar a un distribuidor autorizado y comprar en una tienda radica en el precio.

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Rolex no es solo un accesorio. Es una excelente inversión

El reloj Rolex Oyster Perpetual de 36 mm se puede comprar directamente en la página del fabricante por 6 100 dólares. Sin embargo, la larga lista de espera hará que, antes de recibir tu nueva adquisición, se acumule una gruesa capa de polvo en tu muñeca: ¡esto puede tardar años! Otra opción es comprar el reloj en una tienda, de inmediato. El mismo reloj en la tienda Prestige Watches de Nueva York ya no cuesta 6 100 dólares, sino 13 000 dólares! Es fácil calcular que la diferencia supera el 100 por ciento. Cuanto más exclusivo es el modelo, más aumenta su valor si está disponible al instante.

Según el informe de Boston Consulting Group, el 29% de los coleccionistas declaró haber pagado más por su último reloj de segunda mano que el precio de venta al público de uno nuevo. Al mismo tiempo, el 40% de ellos afirmó que opta por comprar de segunda mano para evitar las largas listas de espera de los fabricantes.

¿La conclusión? Un reloj de lujo no tiene por qué ser visto como una pérdida de dinero. Los datos confirman que, al vender un reloj así después de algún tiempo, podemos recuperar la inversión con creces.